MADRID 29 Ene. (EUROPA PRESS) -
Whittier, un pequeño pueblo de aproximadamente 200 habitantes en Alaska, es conocido por una peculiaridad que lo hace único en el mundo: la mayoría de sus residentes viven bajo un mismo techo. Más del 80% de su población reside en la Torre Begich, un robusto edificio de 14 plantas que no solo ofrece viviendas, sino también una serie de servicios esenciales que lo convierten prácticamente en una ciudad autosuficiente.
El creador de contenido Luis Arturo Villar, más conocido como @luisitocomunica en redes sociales, visitó recientemente este peculiar rincón de Estados Unidos y compartió su experiencia en un vídeo de TikTok, en el que describe las particularidades de este enclave. "No es un mito, es una realidad", afirma en un momento dado del vídeo.
UN EDIFICIO CON TODO LO NECESARIO
La Torre Begich, construida a finales de la década de 1950, no solo es el hogar de la mayoría de los habitantes de Whittier, sino que también alberga servicios esenciales. En su interior se encuentran un supermercado, una oficina de correos, una iglesia comunitaria, una lavandería e incluso un túnel subterráneo que conecta con la escuela del pueblo, permitiendo a los niños acudir a clase sin exponerse a las duras condiciones meteorológicas, que en invierno pueden alcanzar temperaturas de -21 ºC, vientos de hasta 96 km/h y nevadas de más de seis metros.
Fuera del edificio, solo unas pocas familias residen en viviendas unifamiliares, ubicadas a escasos metros entre sí. La ciudad también cuenta con una pequeña red de infraestructuras que dan servicio a sus residentes y a los turistas que llegan en verano.
UN ACCESO LIMITADO POR UN TÚNEL DE UN SOLO CARRIL
Para llegar a Whittier es necesario atravesar el Anton Anderson Memorial Tunnel, un paso subterráneo de cuatro kilómetros que atraviesa la montaña de Maynard y que es el túnel de carretera más largo de Norteamérica.
Sin embargo, este túnel tiene la peculiaridad de contar con un único carril, lo que hace que el tráfico esté regulado por horarios específicos. "Se abre media hora para los que van, media hora para los que regresan y por la noche está completamente cerrado", explica Villar en su vídeo. Además, el acceso tiene un peaje de 13 dólares por turismo en trayecto de ida y vuelta.
UN PASADO MILITAR CONVERTIDO EN UN DESTINO TURÍSTICO
Whittier tiene su origen en la Segunda Guerra Mundial, cuando fue desarrollado como un puerto estratégico de aguas profundas para el transporte de tropas y suministros. En 1943 se construyó un ferrocarril que lo conectó con otras ciudades de Alaska, lo que permitió su crecimiento posterior.
Hoy en día, aunque la comunidad se mantiene pequeña en número de residentes, la población se multiplica durante los meses de verano con la llegada de miles de turistas. Entre mayo y septiembre, los cruceros hacen parada en Whittier entre dos y tres veces por semana, atrayendo a visitantes que buscan explorar los glaciares y la naturaleza de la región.
Además, es un destino popular entre los habitantes de Alaska para la práctica de actividades como la navegación, la pesca, el kayak y el camping.