BOGOTÁ, 7 Jul. (EUROPA PRESS) -
Junio ha sido el mes más violento que ha vivido Colombia desde el inicio del proceso de paz, en otoño de 2012, debido a la ofensiva lanzada por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) tras el fin de la tregua unilateral, según ha informado el Centro de Recursos para el Análisis del Conflicto (CERAC).
La violencia ejercida por la guerrilla en el último mes "ha sido la más alta registrada en estos tres años, desde que se inició el proceso de paz", ha dicho el CERAC en un estudio recogido por los medios de comunicación colombianos.
El CERAC sostiene que se han producido 83 acciones violentas, lo que supone un 43 por ciento más que la media mensual registrada hasta ahora. Por ejemplo, en comparación con junio de 2014 la actividad guerrillera ha crecido un 79 por ciento, ya que solo hubo 17 acciones violentas.
El recrudecimiento del conflicto armado se ha hecho evidente en los numerosos ataques que se han producido contra la infraestructura petrolera y energética del país, que han causado daños ambientales que --de acuerdo con el Gobierno-- tardarán más de una década en revertirse.
Sin embargo, CERAC apunta que este último mes los ataques contra la Fuerza Pública --formada por policías y militares-- han sido más numerosos que los atentados contra dichas infraestructuras, con 24 y 17, respectivamente.
A ello se suman otras cuatro "explosiones intencionadas", cuatro emboscadas y nueve incendios de vehículos de carga y transporte de pasajeros, además de otro tipo de acciones violentas difíciles de cuantificar, como las amenazas.
MENOS LETAL
Otra paradoja de los datos ofrecidos por CERAC es que, a pesar del repunte de la violencia, las consecuencias de la misma son menos letales que en épocas anteriores al inicio de las negociaciones en la capital cubana.
Así, en estas cuatro semanas han muerto 16 personas a causa de la guerrilla, de las cuales nueve son policías, cinco militares y dos civiles.
En cambio, la "violencia no letal" ha aumentado, con once civiles, ocho policías y cuatro soldados heridos en junio.
FIN DE LA TREGUA
La guerrilla ha intensificado su ofensiva contra policías y militares en respuesta al fin de la tregua unilateral que regía desde el 20 de diciembre y que suspendió el 22 de mayo por un ataque del Ejército contra un campamento del Frente 29 en Cauca.
Las FARC han acusado al Gobierno de la reanudación de los combates sobre el terreno y han insistido en que la única forma de evitar nuevas víctimas es pactar un alto el fuego bilateral hasta cerrar un acuerdo de paz definitivo.
El presidente, Juan Manuel Santos, se ha negado reiteradamente a pactar el cese de las hostilidades durante las negociaciones de paz porque considera que, de fracasar éstas, la tregua podría servir para fortalecer a la guerrilla.