BUENOS AIRES, 21 Nov. (Reuters/EP) -
Las autoridades de Argentina han informado este martes de que se están coordinando con terceros países en materia de seguridad de cara a la cumbre del G-20 que tendrá lugar en Buenos Aires, la capital del país, la próxima semana.
El Gobierno argentino, que se enfrenta a manifestaciones prácticamente a diario, tiene como objetivo impedir que se produzcan marchas y protestas durante la cumbre, tal y como sucedió en 2017 en Hamburgo, Alemania, donde un grupo de manifestantes incendiaron vehículos y bloquearon calles y puentes.
La cumbre del G-20 se realizará este año en la capital argentina entre los días 30 de noviembre y 1 de diciembre. Grupos locales planean marchas contra la reunión y han invitado a activistas de todo el mundo a unirse.
"No vamos a permitir acciones violentas y aquellos que quieran pasar la raya van a tener que atenerse a las consecuencias penales de esas conductas", ha aseverado durante una rueda de prensa la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
El evento estará protegido por 22.000 policías y 700 agentes del Ministerio de Seguridad. Bullrich ha añadido que el Gobierno ha contactado con varios servicios de seguridad extranjeros, incluidos los de Estados Unidos, Gran Bretaña, Brasil, Italia y España, entre otros, y que las personas que se enfrenten a cargos no podrán entrar en el país.
Fuentes cercanas a las evaluaciones del Gobierno de Estados Unidos han aseverado que Washington no está al tanto de ninguna amenaza seria de ataques o interrupciones de la reunión del G-20.
Las autoridades cerrarán un área de 12 kilómetros cuadrados alrededor del centro de convenciones Costa Salguero, a orillas del río, donde se realizará la cumbre. Gran parte de la ciudad y su sistema de transporte se verá interrumpido y el tráfico en el Río de la Plata, la principal vía de carga de Argentina, será suspendido.