WASHINGTON, 20 Nov. (Reuters/EP) -
El Gobierno de Barack Obama estaría dispuesto a trabajar con el Congreso de Estados Unidos para imponer sanciones a Venezuela en respuesta a la represión con la que el Ejecutivo de Nicolás Maduro aplacó las protestas antigubernamentales que se iniciaron el pasado mes de febrero en el país sudamericano y que han dejado un saldo de 43 fallecidos.
Así lo ha confirmado el asesor de seguridad nacional adjunto de la Casa Blanca, Tony Blinken, quien ha explicado que Washington se había abstenido de presionar al Gobierno venezolano mediante sanciones en los últimos meses para permitir los esfuerzos diplomáticos por parte de algunos países de América Latina, que buscaban la liberación de los líderes opositores que se encuentran encarcelados.
Sin embargo, tras ver que estos esfuerzos "han fracasado", Blinken --que ha sido nominado por Obama como 'número dos' del Departamento de Estado-- ha dicho a los legisladores del Comité de Relaciones Exteriores del Senado que el Gobierno "no se opone a seguir adelante con las sanciones adicionales".
El pasado mes de junio, Washington prohibió a un grupo de funcionarios venezolanos, incluyendo ministros y asesores presidenciales, su entrada en Estados Unidos después de acusarlos de abusos a los Derechos Humanos durante los actos de "represión" en las protestas contra el Gobierno de Venezuela. Aunque el Departamento de Estado trató de suavizar la situación y dijo que las medidas no equivalían a sanciones.
En aquel momento, Maduro tachó de "estupideces" las posibles sanciones que los legisladores de Estados Unidos reclamaban al Gobierno de Obama contra miembros de su Ejecutiva, restando importancia a la polémica.
"Ya no provoca ni responderle las estupideces que hacen las élites imperialistas del Norte. Que ellos se queden con sus amenazas y sus estupideces. Nosotros dediquémonos a construir patria y no dejemos que nadie se meta en los asuntos de nuestra patria", apostilló el mandatario.